Ese hombre reproducía Chaumes de Cordeville à Auvers-sur-Oise, una de las últimas obras de Vincent Van Gogh, expuesta para casi cuatro millones de personas al año que recibe el Museo de Orsay y que le sitúa como uno de los museos vas visitados del mundo. Lejos, no obstante, del que se observa desde su reloj, el museo más visitado del mundo, que recibe, al menos, el doble de visitantes que su vecino al otro lado del Sena. Llevado al día a día y contando que en verano las cifras de visitantes se disparan, nos podemos hacer una idea de la masificación que impera en ambos museos y, por extensión, en muchos otros importantes del mundo.
El Museo del Louvre desde el reloj del Museo de Orsay
Y deberemos asumir también, por no llevarnos decepciones, que las “grandes” obras, aquellas que por mérito propio o por aclamación pública se han convertido en mediáticas, no estarán al alcance de ese sosiego, quedando en muchos casos relegadas a un vistazo atolondrado, en manos quizá del efímero momento de un selfie o un post en alguna red social.
Pero no desesperemos, siempre hay recursos, bien podremos estar los primeros de la cola, imitando después a cualquier adolescente que no quiere perderse ningún detalle de su ídolo y corre raudo a la primera fila o, en su defecto, agazaparnos en algún recóndito rincón, preparando nuestra estrategia mientras esperamos a que queden pocos minutos para el cierre de puertas. Eso sí, quedémonos con la fortuna de poder visitar un espacio eterno, del que nos llevaremos (si podemos) gratos recuerdos que nos elevarán el espíritu.
La pirámide del Museo del Louvre al atardecer y la entrada principal al Museo de Orsay
Ya estará en nuestras manos y nuestra inercia de vida el conservarlos adecuadamente, quizá será el sutil pliego de la piel de una estatua, la majestuosa vista del hall de Orsay o la mirada de un retrato, pero siempre teniendo como ejemplo a ese hombre y su templanza para disfrutar de la calma ante una obra de arte.
El almuerzo sobre la hierba de Édouard Manet - Museo de Orsay
La habitación de Vincent en Arles y Autorretrato - Vincent Van Gogh - Museo de Orsay
Una visitante ante La Mona Lisa - Leonardo da Vinci - Museo del Louvre
Una guía llamando la atención de personas en una sala del Louvre - Al fondo la obra de Pierre-Paul Prud'hon El alma que rompe los lazos que se unen a la tierra.
Ante La Libertad guiando al pueblo, de Eugène Delacroix, uno de los cuadros más emblemáticos del Louvre
Visitantes ante La Victoria de Samotracia y en la sala de La Mona Lisa en el Museo del Louvre