Ya sea de un modo efímero o con intención de permanencia, tenemos la necesidad de expresarnos, desde las cuevas hasta las calles, clamando al amor, la rabia, la injusticia, el color, la forma, cualquier muro sostiene nuestras declamaciones o reclamaciones, discursos tan infinitos como las personas que los plasman.
En un momento en el que está sobre la mesa un debate enconado sobre los límites de la libertad de expresión, el tunel subterráneo de Leake Street, que discurre 300 metros bajo la estación de metro de Waterloo fue concebido por Bansky como un espacio libre de Street Art, donde las paredes y los techos, en continuo cambio, son un reducto de desahogo, que debería prodigarse más.
Aquí el arte libre no es que únicamente se exprese, se alienta.